El Planeta Pablo

Insólita migración de profesores del Sistema Educativo Público al Sistema Privado - Ángel Muñoz

Todo es posible en revolución, esta afirmación no es nada descabellada, y ello puede comprobarse en Venezuela, en la que la aspiración de cualquier profesional graduado de un Pedagógico era incorporarse al sistema público educativo; porque ello representaba el inicio de una carrera docente en la que ingresaba por concurso y se ascendía por méritos, estudios de postgrado y años de servicio. Por otro lado, significaba comenzar a disfrutar de una serie de beneficios contemplados en la convención colectiva, tales como, estabilidad laboral, servicios médicos del IPASME para él y sus familiares, póliza de HCM, créditos para vivienda y automóvil, a todo lo anteriorse agregaba la posibilidad de tener acceso a las posadas y centros de recreación distribuidas a nivel nacional. Por todas estas razones pocos profesores se dedicaban de manera exclusiva a trabajar en la educación privada, esta quedaba como una alternativa para un dinero extra, o para ejercer en ella una vez que el profesor era jubilado. La exclusividad la tenía el sistema público ya que los salarios eran suficientes para vivir dignamente incluso después de cumplir con sus años de servicios.
En los últimos 20 años de “Revolución Bolivariana” comenzó un proceso violento de intervención gubernamental que ha venido desmejorando a pasos agigantados los beneficios logrados por el magisterio venezolano durante años de lucha, y con ello se ha producido una paradoja, los profesores comenzaron a dejar el sistema público de enseñanza para migrar al sistema privado, y ha sido tan evidente que ni los docentes “exprés” graduados en las misiones para que sirvieran de agentes adoctrinadores han permanecido en el sistema público; y no es que lo que queda de la educación privada brinde muchos beneficios, pero le han proporcionado al docente salarios relativamente aceptables y bonificaciones en dólares que le han permitido al educador mitigar en parte la pobreza extrema en la que se encuentran los profesores venezolanos.
En el sistema público de enseñanza en ruinas casi destruido en su totalidad, los profesores que aún se mantienen en el reciben una limosna como salario y todos los beneficios que tenían han sido eliminados en su totalidad, abriendo así una profunda brecha entre la educación pública y la privada, en este sentido se está egresando un bachiller para el siglo XX y otro para el siglo XXI, es decir la llamada revolución con sus nefastas políticas educativas han privilegiado a la educación privada en detrimento de la pública.
La educación privada se ha mantenido porque funciona como una empresa y sus dueños han procurado que se mantenga, porque les ha importado mantener su negocio en tanto que el Estado ha abandonado totalmente su función en la educación pública perjudicando a los más desposeídos que hipócritamente predican defender.
Es imposible tener un sistema educativo eficaz, calificado y excelente con profesores famélicos, harapientos, enfermos, desprotegidos, que no pueden comprar más de un producto de la cesta básica con lo que le pagan ni para él y menos para su familia y mucho menos comprar medicina, ropa, calzado, entre otros, sin acceso a servicios médicos, es decir, un profesor abandonado a la buena de Dios después de estudiar durante años para dedicarse a una carrera tan digna, necesaria e imprescindible como la educación de los futuros ciudadanos del país.
Acudimos a la peor y aciaga etapa por la que ha pasado los educadores en Venezuela y del propio sistema educativo porque durante la tan denostada democracia en sus 40 años con sus éxitos y fracasos, luces y sombras, logró instaurar un sistema educativo público muy avanzado en cuanto a infraestructura, currículo, y beneficios para el magisterio incluso para los estudiantes. Después de 20 años de “Revolución Chavista” este sistema ha desaparecido y lo que queda son los escombros.
Los profesores que no se han ido del país muchos de ellos han migrado a las instituciones privadas y el resto sobrevive haciendo trabajos de diversos tipos tales como la buhonería, vigilancia, ayudantes de construcción, embolsadores en supermercados, entre muchos otros, tal es la verdadera realidad del magisterio venezolano en tiempos de revolución. ¿qué dirían Don Andrés Bello y Don Simón Rodríguez de esta devastación de la educación en su natal Venezuela?
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