El color blanco desde tiempos inmemoriales ha representado la pureza, se le vincula a todo lo bueno, incluso a la santidad, pero no es de la santidad a lo que me voy a referir sino a la gesta heroica que están llevando a cabo nuestros médicos venezolanos, héroes de batas blancas, que han estado en la primera línea de acción frente a la pandemia del covid-19, muchos de ellos se han contagiado y otros tantos han fallecidos en el cumplimiento de su juramento hipocrático.
El médico es un ser humano especial que desempeña una labor altamente altruista, dedica toda su vida al bienestar del prójimo, sin importarle raza, condición social, credo, posición ideológica, entre otros, estos profesionales tan maltratados en Venezuela trabajan sin descanso en todos los hospitales de la república, este maltrato no solo se refleja en los salarios de hambre que tienen nuestros galenos, sino también el abandono total de los centros asistenciales, la carencia de los insumos más elementales para ejercer su digna labor.
No podemos olvidar que a partir de 1998 el gobierno comenzó una campaña de descrédito contra los médicos venezolanos, acusándolos de mercaderes de la salud y otros epítetos, para justificar la venida a Venezuela de los médicos procedentes de la isla propiedad de la familia Castro por más de 60 años y de esta manera financiar al régimen tiránico de esa isla.
Desde luego bienvenidos han sido los médicos cubanos que en muchos casos han servido también con gran profesionalismo en las barriadas y campos venezolanos pero lo que no se puede obviar es el desdén con el que se ha tratado al médico venezolano a partir de 1999 en Venezuela.
La población fanatizada por la propaganda gubernamental ha proferido insultos contra nuestros médicos y en muchos casos han dicho que deben marcharse, en los actuales momentos, los servicios especializados se encuentran casi sin personal y los más perjudicados son aquellos que decían que estos médicos no eran necesarios en el país.
Mención aparte merecen los médicos del Hospital Domingo Luciani en la especialidad de buco-maxilofacial dirigidos por el doctor Enrique Vélez que han realizado jornadas especiales para operar a niños en plena pandemia, han pasado días enteros sin dormir, largas horas en intervenciones quirúrgica y aun así atienden emergencias las 24 horas del día, todos los días, y lo más maravilloso es que a pesar de todo ello, atienden a los pacientes con una sonrisa en los labios, todos estos doctores de buco-maxilofacial y todo el personal de este servicio merece nuestra eterna gratitud y reconocimiento, vemos en su ejemplo la Venezuela posible y además necesaria, son ellos los verdaderos héroes que necesita nuestro país, ojala pronto pudiéramos tener un gobierno que entendiera que los países se construyen con buena salud, hospitales bien dotados, médicos con salarios dignos y no con chatarra de guerra rusa o china que nada resuelven en el país.
Saludo a todos los héroes civiles de batas blancas en Venezuela, ya que el régimen en su oportunidad promovió la propaganda de un médico militar desde el hospital militar demostrando el desprecio que siente por el mundo civil, como dice el doctor José Alberto Olivar, hay mucho civil militarista en Venezuela.